Reducir extrema pobreza en agro, mejor uso de agua y fortalecer financiamiento, entre prioridades del 2 piso de la 4T: Julio Berdegué

Para el “segundo piso” de la Cuarta Transformación (4T) se tiene la meta de reducir a menos del 2% la extrema pobreza en México, entre 2024 y 2030, lo que involucra al medio rural donde cuatro de cada 10 personas viven en esa condición. En el campo se dará continuidad a los programas sectoriales de Bienestar y se implementarán políticas públicas en temas prioritarios como el uso de agua, comercialización, asistencia técnica, sustentabilidad, tecnificación de riego agrícola y financiamiento, donde incluso se analiza la posibilidad de crear un banco para el campo.

Así lo bosqueja en entrevista exclusiva con imagenagropecuaria.com, Julio Berdegué Sacristán, coordinador de Desarrollo rural y soberanía alimentaria del equipo de la candidata a la presidencia de México por la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, quien considera dicha reducción una meta “extraordinariamente ambiciosa”, porque en el ámbito internacional se considera que cuando un país logra reducir un indicador social a menos de ese porcentaje básicamente se logró el objetivo.

El también ex subdirector general de la FAO y representante regional para América Latina y el Caribe, reconoce “avances significativos” en muchos aspectos durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero matiza que “tenemos grandes pendientes… hay cosas que no se han podido abordar, que no han salido como se esperaba”.

El primer tema –puntualiza– que observamos es que seguimos en el campo mexicano con un gran rezago social, millones de habitantes viven en condiciones de pobreza o extrema pobreza, ya sea multidimensional o por ingresos. En las últimas décadas la política sectorial se concentró en la productividad, en aumentar la producción y las exportaciones y, como resultado se esperaba que la pobreza se iría abatiendo; eso no funcionó. Crecieron las exportaciones “de manera espectacular”, aumentó la producción y la productividad más o menos; sin embargo, cierto porcentaje de la población sigue siendo “extraordinariamente pobre”.

Por ello, el primer gran objetivo de la nueva administración es “poner el pie en el acelerador”, en lo que ya se ha empezado a lograr durante el actual gobierno, donde de 2018 al 2022 hay una reducción superior al 18% en el número de personas rurales que viven en condición de extrema pobreza por ingresos, “en solo cuatro años”. Se tienen que continuar fortaleciendo los programas de Bienestar y un conjunto de medidas para llegar a la meta de que en algún momento cercano podamos decir que en el campo mexicano ya no hay personas en extrema pobreza y “ahí sí, vamos a poder hablar de prosperidad, pero prosperidad compartida”, subraya Julio Berdegué.

Agua, amenaza existencial para todas las agriculturas mexicanas.

En la conversación, el ingeniero agrónomo hace énfasis en que un segundo ámbito de atención es la crisis del agua o hídrica, que no se puede seguir postergando. Hay una situación gravísima este año producto de la fuerte sequía, que es un fenómeno estructural, no es que sea un año malo y vendrán otros de buen temporal; lamentablemente el cambio climático hace que esto sea cada día más improbable. Debemos pensar en  impulsar cambios en relación al agua en la agricultura y la ganadería, “porque sino hacemos un cambio muy profundo en qué hacemos, cómo accedemos y cómo usamos el agua, en diez años vamos a estar de rodillas. Es una amenaza existencial para todas las agriculturas mexicanas”.

Adelanta que Claudia Sheinbaum anunciará un Plan nacional hídrico, que está muy avanzado, que es integral e incluye plantas de tratamiento en los municipios, educación a los consumidores y un conjunto de medidas para la agricultura. Es un plan muy ambicioso que abarca diversos aspectos y en el centro está el derecho humano al agua, eso tiene preeminencia sobre cualquier otra consideración y nosotros en el sector reflexionamos en cómo lograr compatibilizar que necesitamos mucha agua para producir alimentos, lo cual también es muy importante para la seguridad alimentaria y el derecho humano a la alimentación.

El especialista en temas agrícolas considera que existe un espacio de oportunidad muy grande en el 40 o 50% del agua que usamos en la agricultura y que se desperdicia. ”Si nosotros logramos reducir fuertemente ese desperdicio de manera significativa va a seguir habiendo agua más que suficiente para que México siga aumentando su producción agrícola y vamos a poder derivar agua para el consumo humano y otros usos”.

¿Hay una meta de crecimiento en superficie de riego, porque nos hemos quedado estancados en 6 millones y fracción de hectáreas?

Nuestra prioridad es aumentar la superficie de riego tecnificado, estamos evaluando la posibilidad, porque esto cuesta mucho dinero. Hoy tenemos un millón y medio de hectáreas tecnificadas más o menos, y analizamos la posibilidad de incrementarlas en 750,000 hectáreas para los próximos seis años –no es una meta aún definida, matiza–. Si lográramos aumentar en 50% la superficie de riego tecnificado en México, tendremos una eficiencia enorme y eso es equivalente a haber incorporado muchas hectáreas nuevas al riego.

“Estamos hablando del programa más ambicioso, en décadas, en la historia de México, de tecnificación de riego. Queremos buscar en acuerdos entre el campo y la ciudad, hay muchos municipios que hoy día están usando agua que se puede tratar y reutilizarse en la agricultura sin riesgos para la salud, eso sucede en muchos lugares del mundo y, en poca escala todavía, en México y tiene que ampliarse más”, subraya Berdegué Sacristán.

La mayor parte de nuestra agricultura en superficie está en el temporal, ahí lo que tenemos que pensar es cómo vamos a capturar agua, cómo almacenarla y cómo conservarla bien en nuestros suelos, manifiesta.

Otro planteamiento –añade– es implementar un programa nacional de cuencas y suelos, porque deforestamos 250 mil  hectáreas al año y la mitad de los suelos de México tienen algún grado de erosión. “No nos sirve de nada el agua si tenemos suelos hechos pedazos, el agua no se retiene, porque no hay materia orgánica, porque se perdió las fertilidad del suelo.

Nos interesa recuperar y restaurar suelos para que el agua se quede ahí”.

Fortalecer red de financiamiento para pequeña y mediana agricultura

A pregunta expresa en el sentido de cómo se ampliará el financiamiento al campo, luego del cierre de la Financiera Rural y si se piensa en diseñar una banca especializada para el sector agropecuario o un banco para para el campo, Julio Berdegué expone que hay una discusión sobre el tema al interior de los equipos de Claudia Sheinbaum, “aún no hay una decisión y es una definición muy compleja”. En dado caso, añade, generar esa nueva banca de desarrollo de primer piso tomará varios años, hay que mandar una ley, que se discuta en el Congreso y que se apruebe el reglamento.

Y, remarca: no podemos esperar y tenemos que arrancar con más financiamiento desde el principio. Tenemos al FIRA (Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura), que trabaja con una red de intermediarios financieros y no financieros, que hay que ampliar para llegar a zonas rurales donde viven pequeños productores que queremos tengan acceso al financiamiento. Hay que incorporar más cooperativas de ahorro y crédito, uniones de crédito o una serie de figuras que están muy poco vinculadas y hay que tratar de vincular. Además, hay muchos intermediarios que trabajaban con la Financiera Rural y estaban haciendo un buen trabajo y nos interesa rescatar a aquellos orientados a la pequeña y mediana agricultura.

El especialista acota que FIRA no tiene problema de fondeo y puede estar lleno de dinero, pero las condiciones con las que presta pueden no ser factibles para un pequeño y mediano productor, entonces ahí sí entra el presupuesto del gobierno, tenemos que hacer fondos de garantía y apoyar con el costo de la prima del seguro. Además, tenemos una tasa muy alta y hay que tratar de bajarla para los pequeños y medianos. Ahí puede haber un apoyo del gobierno a través de algún instrumento, de un fondo, que permita moderar esta tasa.

Es un conjunto de medidas que van a implicar una cantidad significativa de recursos para poder movilizar un volumen grande de financiamiento adicional y esperamos que esto lo tengamos listo para que arranque del próximo gobierno y no tengamos que esperar muchos años hasta que se tramita una eventual decisión sobre una nueva banca de desarrollo”.

Continuidad en programas de Bienestar

El 2 Piso de la 4T también tiene como prioridad elevar la producción de alimentos básicos para la dieta de la población mexicana, en primer lugar, y también, “nos interesa mucho que sigan aumentando las exportaciones agroalimentarias de México y que mantengamos un superávit comercial creciente”, asegura Berdegué Sacristán.

Hace hincapié en que hay un gran conjunto de  agricultores mayoritariamente pequeños y medianos que abastecen de manera muy importante el consumo nacional, pero también están los agroexportadores, donde en aguacate, agave o miel, hay una participación muy importante de la agricultura de pequeña y mediana escala.

En la entrevista, también hace referencia a los programas que se mantendrán en la próxima administración, como Producción para el Bienestar,  junto con Sembrando Vida. Entre las mejoras del primero esta actualizar el padrón de beneficiarios, “no es una crítica, pero eso siempre sucede, hay personas que fallecen, hay personas que dejan de ser productores por cualquier razón…”

¿Ampliar el padrón de Producción para Bienestar están dentro de las posibilidades?

No lo sabemos por lo pronto, tenemos una situación presupuestaria restringida, en la medida en que sea posible y que existan los recursos se podría pensar en ampliar el padrón. Hay muchas necesidades, por ejemplo, ampliar el financiamiento fuertemente a la pequeña y mediana agricultura y eso pues va a consumir recursos también de manera significativa.

Hoy, Producción para Bienestar atiende a dos millones de personas y contempla la Estrategia de Acompañamiento Técnico que llega como al 10% de los beneficiarios, es una iniciativa muy interesante, donde en los productores se observa un cambio, porque toman las riendas, empiezan a buscar formas apropiadas a sus circunstancias para mejorar la producción, la productividad, están generando nuevos negocios y esto sería un área a fortalecer.

Fertilizantes y producción sustentable

Sobre el programa de Fertilizantes para el Bienestar y de poder convertir este apoyo de un insumo químico a uno sustentable y cambiar la orientación que hoy tiene, Julio Berdegué refiere que los fertilizantes sintéticos dejan de ser sustentables cuando se usan mal o se usan excesivamente; no necesariamente estos fertilizantes sintéticos son malos, hay tecnologías y formas de usarlos muy bien en las cantidades necesarias, evitándonos que lleguen a contaminar los acuíferos y ríos. Nos interesa, sinceramente, incorporar biofertilizantes, por ejemplo, y otro conjunto de nuevos insumos que tienen un impacto sobre un microorganismos en el suelo y esta científicamente comprobado.

Existen pequeñas empresas o emprendimientos que producen bioinsumos y quieren vender, pero para ello tienen que ser capaces de certificar contenido de Nitrógeno, Fósforo y Potasio y que no hay contaminantes biológicos. Ahí tenemos que trabajar para ayudarles a avanzar hasta el punto que ellos puedan colocar en el mercado 30 y 40 o 50 toneladas de este biofertilizante.

¿Reforzarán las políticas sustentables pensando en sistemas agroecológicos orgánicos y en que también el mercado de estos productos está creciendo a nivel internacional, y sobre todo en este impacto que tienen los fertilizantes sintéticos al suelo, que en muchos casos se han usado mal. Habría esa proyección de reforzar lo sustentable?

La doctora Sheinbaum tiene una larga historia y un compromiso personal con los temas de la sustentabilidad, fue secretaría de Medio Ambiente en el gobierno de la Ciudad de México cuando el actual Presidente era jefe de gobierno, para ella este tema es muy sencillo y para quienes estamos en el equipo también, es cierto, entonces, absolutamente sí.  El uso de estos insumos en general, fertilizantes pesticidas, insecticidas sintéticos tiene que ser absolutamente más sustentable, más racional, más cuidadoso con el medio ambiente, más preocupado de la salud de quienes operan estos productos en el campo y de quienes consumen. Tenemos que llegar a una política adecuada.

¿Qué se va a hacer con el glifosato y con los plaguicidas altamente peligrosos, donde incluso ya hay una legislación propuesta para este acotar ese uso indiscriminado que se ha dado?

En glifosato estamos absolutamente detrás de la decisión que tomó el presidente de la República, se dio el anuncio de postergar la entrada en vigor de esta publicación, y él tomó esa decisión de manera muy informada, no como dicen porque una empresa le puso presión…el Presidente se informó y concluyó que no estamos en condiciones, de un día para otro, decir ya no hay glifosato, porque no tenemos un sustituto ciertamente, no en las cantidades adecuadas. En lo que él ha informado estamos totalmente de acuerdo y habrá que ir buscando cuáles son las alternativas y sí están pues hay que pasarlas por todo el proceso de evaluación de regulación de certificación y si llegan al mercado, ¡qué maravilla!

Lo mismo, añade, respecto de cualquier otro insecticidas, plaguicida o fungicida, primero que se cumplan las normativas ambientales y de salud pública rigurosamente.

Estamos a favor de una transición ecológica en todas las agriculturas mexicanas”.

Ordenar la comercialización de productos agrícolas

Julio Berdegué refiere que en materia de comercialización tenemos que pensar cómo la ordenamos, de tal manera que los productores tengan una mayor certidumbre, con instrumentos de política pública que la respalden. Hoy en día un agricultor siembra y dice vamos a ver qué me espera en la cosecha. El tema de precios es recurrente, cuántas veces ha habido conflictos en las cosechas de maíz en Sinaloa o de frijol en Zacatecas.

Para atender estas contingencias, la propuesta es sentarse con los actores importantes cultivo por cultivo y acordar ciertos criterios generales de comercialización, definir una política de mediano y largo plazo, y ver cómo se están moviendo los mercados. Esto tiene que ir con mucho diálogo, consulta y construcción.

Afirma que esto va a requerir de fortalecer determinados instrumentos, seguros de precios y de cobertura, por ejemplo. Pero, aclara, no se piensa en hacer una política de intervención estatal sobre los precios, fijar precios, eso no va a suceder en el próximo gobierno”.

Igual, comenta, queremos que Liconsa compre más leche nacional, el encargó es promover fuertemente acuerdos directos entre productores y mercados. Vamos a rescatar aquellos instrumentos que nos ayuden a lograr el objetivo central de  menos intermediación que agrega costos pero no valor, porque ni el consumidor ni el productor son beneficiados.

Asimismo, alude a que las compras gubernamentales a pequeños productores son un instrumento muy valioso y en México existe un gran espacio, pero tenemos que hacer el trabajo con política pública para ayudar a la agricultura de pequeña y mediana escala a organizarse, a tener esquemas de acopio para poder participar en estos mercados institucionales, que sí son una gran oportunidad porque demandan grandes volúmenes.

Nos interesa –recalca– mucho la organización de los agricultores de pequeña y mediana escala, nos interesa que las organizaciones de verdad que surgen de manera orgánica por voluntad de los productores, muchas de ellas llevan décadas que dan servicios de verdad, son democráticas y están en el territorio, que éstas tengan prioridad en el acceso a las distintas políticas públicas, nos interesa trabajar con ellas.

Reducir brechas productivas

El especialista en desarrollo territorial, junto con su equipo, trabaja en el mapeo de los 2,500 municipios de México para analizar dónde se pueden cerrar brechas en la producción de granos básicos como el maíz, arroz o frijol, zonas con mayor potencial de incrementar el rendimiento y dar prioridad a pequeños productores y medianos, especialmente el sur-sureste.

El también coordinador del Grupo de trabajo desarrollo con cohesión territorial del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp) asevera que se va a regionalizar y determinar dónde podemos aumentar la producción y ahí concentrar la asistencia técnica y el financiamiento, nos interesa reducir costos de transporte, almacenamiento y analizar la capacidad industrial. Producir más cerca de los lugares de consumo cuando se pueda y en donde hay espacio de crecer en producción más rápido.

El experto reflexiona en que la reducción de la extrema pobreza en el campo no solo es desde las políticas sectoriales. Según un estudio del Banco de México la mitad de la reducción de la pobreza extrema en los últimos años se explica por el crecimiento económico, particularmente en el sur sureste, que era una región abandonada y con alta concentración de pobreza y que empieza a crecer.

Julio Berdegué anota que siempre se dijo que las políticas sectoriales agropecuarias no tienen que ver con la pobreza, que eso correspondía a Sedesol o Bienestar, pero no, si nosotros fortalecemos la producción de la pequeña agricultura, claro que generamos más empleos e ingresos. Esto es posible si tienen acceso a financiamiento, a asistencia técnica, apoyando a los grupos que se han ido organizando, “claro que es posible que ellos generen muchos más empleos e ingresos en sus comunidades”, subraya.