Sinaloa deja de ser granero de México; cae producción 75% respecto a su máximo histórico
Sequías, bajos precios, problemas de comercialización, instrumentación de políticas públicas erráticas e inseguridad, encaminan a Sinaloa a dejar de ser el granero de México, con una caída histórica del 75% para la cosecha actual, en relación con ciclos donde se superaron las 6 millones de toneladas.
Lo más preocupante es la descapitalización que están teniendo los agricultores de la entidad, quienes en los dos últimos ciclos dejaron de vender entre 4 y 5 millones de toneladas de maíz blanco, altamente apreciado en la elaboración de tortilla y otros alimentos, quienes también se han visto en la necesidad de reconvertir a cultivos que requieren menor volumen de agua para rescatar parte de su ingreso.
En la temporada pasada, en la entidad se sembraron 300 mil hectáreas de maíz, mientras que para el ciclo 2024-2025 se estimó una reducción a entre 140 mil y 150 mil hectáreas.
“Esto implica una potencial reducción en la producción de maíz, que caería a entre 1.5 y 1.6 millones de toneladas, lo que representa un 50% menos que en la temporada pasada y un 75% menos en comparación con un ciclo regular como el 2022-2023, cuando se produjeron 6.48 millones de toneladas”, indica un análisis del Grupo Impulsora, comercializadora de insumos agrícolas, que coincide con lo señalado por otros analistas y los propios productores.
Puntualiza que la temporada 2023-2024 el almacenamiento máximo de las presas fue de 5,250 millones de metros cúbicos (mm3), equivalente al 34% de su capacidad total y para la temporada actual el almacenamiento fue de 5,046 mm3 (32%); sin embargo, acota, la distribución de cultivos ha cambiado significativamente, afectando particularmente al maíz.
A mediados de mayo, durante un reunión con agricultores, el secretario de Agricultura y Ganadería de Sinaloa, Ismael Bello Esquivel, reconoció que:
“este es un año atípico a diferencia de años donde se obtenían cosechas de 6 millones de toneladas. Este año traemos 1.7 de producción”.
El funcionario explicó que de manera directa –en “jaulas”– se venden de 600 a 800 mil toneladas, a través de Alimentación para el Bienestar se compra a todos los productores de menos de cinco hectáreas, que serían aproximadamente unas 200 mil toneladas, “entonces es poca la producción que queda suelta, además de los mercados en la Ciudad de México, para el tema del nixtamal”
Cifras de la Sader indican que este año la producción nacional de maíz blanco será de 20.6 millones de toneladas, una baja superior a cuatro millones de toneladas si se compara con las 24.8 millones que se alcanzaron en el ciclo 2022-23.
Cabe mencionar que México sigue siendo autosuficiente en maíz blanco, pero este año se prevé importar cerca de 500 mil toneladas, según del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Pagos pendientes para productores
No obstante, la difícil situación que enfrenta los agricultores sinaloenses, los pagos del apoyo compensatorio de 750 pesos por tonelada del el año pasado, para algunos productores de maíz, quedó pendiente, por lo que el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya y Ismael Bello informaron hace unos días que el proceso continúa.
Para ello, aseguraron, se instruyó que personal de la Secretaría de Agricultura y Ganadería “apoye a sus homólogos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader)., que es la dependencia federal encargada de realizar los pagos, y justo la semana pasada se comisionó más personal del estado a estas funciones de apoyo”.
La escasez de grano blanco ya está teniendo un afecto en el precio a que se vende. A mediado de mayo, el mismo Bello Esquivel, manifestó que el precio del maíz en el mercado sinaloense se estaba comercializando entre 6,100 y 6,300 pesos por tonelada, ya muy diferente al precio internacional fijado por la Bolsa de Chicago.
La semana pasada, la Sader anunció el Plan nacional de comercialización justa, directa y sustentable del maíz para ocho estados, donde no se incluyó a Sinaloa. La dependencia indicó que en una primera etapa será implementada en ocho estados Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Campeche, Tabasco, Quintana Roo, Morelos y Guerrero.
En un comunicado, describió que el plan nacional propone atender una problemática estructural en la producción y comercialización del maíz en México, caracterizada por la desarticulación entre producción, acopio y consumo, lo que ha generado desequilibrios en los ingresos de las y los productores, la falta de certeza para la industria y quienes consumen; y la carencia de servicios técnicos y financieros que fortalezcan la posición de las y los productores en los procesos de negociación para lograr acuerdos comerciales más justos.
