Almería, España.- El sector agrícola, como la mayoría de los sectores productivos, ha tenido un avance tecnológico sostenido de tal suerte que en la actualidad se cuenta con importantes herramientas destinadas a reducir los riesgos en el proceso de producción; hoy es posible cultivar, mediante los sistemas de riego localizado, en regiones donde por motivos de escasez de agua antes era imposible.
Esto es posible con el uso de tecnología, principalmente israelita, aunque curiosamente en ese país no existan superficies agrícolas importantes debido a que en Israel es más caro producir que comprar, motivo por el cual sólo "vende" resultados; algo similar sucede con los invernaderos de Holanda, uno de los principales exportadores de tecnología, pues debido al eterno invierno que registra esa nación, entre otras limitantes, ahí resulta muy caro producir, así que sólo venden la tecnología.
La situación actual en el sector hortícolas mundial, coloca a México en un importante séptimo lugar conseguido relativamente en corto tiempo, desde el despunte de la agricultura protegida y aún con gran perspectiva de seguir escalando posiciones con base en el aumento de la productividad hortícola nacional.
Las características geográficas y medioambientales, aunado a la cercanía con el principal consumidor de hortalizas en fresco, Estados Unidos, colocan a México en las condiciones idóneas para evitar errores en la implementación de proyectos de este tipo y pasar directamente a la aplicación de innovaciones tecnológicas en materia de producción hortícola en invernaderos.
Opciones para incursionar en invernaderos
Entre las opciones que se presentan para incursionar en la agricultura protegida están, por un lado, comprar invernaderos totalmente equipados, con sistemas de monitoreo y control, cuyos costos de inversión son superiores a los 100 euros m2, pero que seguramente y mediante un adecuado manejo dará rendimientos altos; otra alternativa es adaptar tecnología con el mayor uso de los recursos locales intentando un invernadero pasivo con la menor cantidad de "imputs", obteniendo rendimientos tal vez menores, pero que en el momento de hacer la resta entre el costo de producción y la producción marginal, tendrá mejores ganancias.
Existen varias definiciones que se han adoptado para describir lo que es un invernadero, sin embargo, en la que todos coinciden es que se trata de "una estructura capaz de modificar las condiciones ambientales exteriores y adaptarlas al interior " donde se encuentra el cultivo, para que este desarrolle su máximo potencial, es decir que con un invernadero se persigue "el control climático", pero eso no se logra con techar con plástico una estructura, con eso es posible tal vez aumentar un poco la integral térmica, pero desde luego que eso no es control climático.
Como parte esencial en la producción en invernaderos, el control del clima, implica el conocimiento del medio, del cultivo, de la estructura, de la etapa de siembra, del mercado y demás variables, que en su conjunto aportarán mejores herramientas para obtener buenos rendimientos.
Al igual que la semilla mejorada y los sistemas de riego, el clima necesita una gestión y manejo, el cual inicia desde la concepción misma del proyecto; la variación de la mayoría de los factores climáticos en el interior de un invernadero están ocasionados por la cantidad de radiación que llega a la pared del invernadero y esto depende de su ubicación geográfica (latitud y altitud).
Dichos factores definen como orientar el invernadero en función de la época de siembra y cuando se quiera cosechar. Es decir: necesito captar una mayor cantidad de luz o favorecer la ventilación; si el invierno es muy suave y corto y las temperaturas difícilmente bajan de los 6-8 ºC, es posible que un invernadero estanco sea suficiente para evitar la inversión térmica en la hora de menor temperatura.
Por el contrario, si se pretende producir en verano, el invernadero debe ser capaz de evacuar el calor que se produce en las horas de máxima insolación, en cuyo caso será necesario por un lado un diseño con ventanas localizadas en diversas posiciones dependiendo de las direcciones predominantes de los vientos y considerar la altura del invernadero, que relacione el área de cultivo y el volumen de aire a remover.
Son muchos los factores que están relacionados directa o indirectamente con el control del clima. En la actualidad se están dirigiendo esfuerzos a control de plagas y enfermedades mediante el usos de agentes biológicos, así como un control más preciso del uso de los fertilizantes favoreciendo los sistemas de riego puntuales, pero sobre todo buscando el equilibrio entre las cantidades de agua y nutrientes que la planta necesita y lo que se aporta.
En el control del clima, básicamente son tres los factores que pueden manejarse con el sistema de ventilación: temperatura, humedad relativa (o absoluta) y concentración de dióxido de carbono, todos estrechamente relacionados con la producción de los cultivos, no sólo desde el punto de vista de rendimiento, sino también la calidad de la cosecha, aspecto básico para que un producto que se consume en fresco o de anaquel tenga la aceptación de los mercados internacionales y, con ello, favorecer la competitividad de la agricultura protegida mexicana, ahora desde los invernaderos.
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