Condiciones favorables si México desarrolla tecnología en invernaderos
Es indudable el desarrollo que tiene la agricultura protegida en México; no obstante el incremento sostenido, éste sigue siendo incipiente y lamentablemente en muchos casos basado en conocimiento empírico, que no es malo, si no fuera por el tiempo que se invierte y el peligro económico que esto representa, ya que puede derivar en fracaso por la falta de información que permita el aprovechamiento óptimo de recursos.
En producción agrícola bajo esquema de agricultura protegida, México ocupa un lugar privilegiado en la clasificación mundial. Sin embargo, hasta hace poco no existía una escuela con esta especialidad, lo que propició dos fenómenos. Uno, que se tenga que comprar tecnología, incrementando costos de producción; y dos, que las actividades se hagan de manera empírica, con las implicaciones que tiene un proceso de prueba y error.
Creo que es posible forjar una tercera opción y que esto comience a cambiar. Los pioneros en este sector de la investigación platican anécdotas, tales como que en los eventos internacionales era muy difícil ver a un mexicano exponiendo sus trabajos en esta materia; como ocurrió en el Taller internacional sobre cultivos protegidos en zonas semiáridas, donde un numeroso grupo de mexicanos asistió (9) y dejó presencia clara de capacidad e integración a este tipo de eventos.
Eficiencia del riego, sistemas de control óptimo, modelos de crecimiento de cultivos y análisis del clima mediante métodos numéricos, fueron algunos temas expuestos todos ellos bajo las condiciones ambientales en México, logrando una presencia significativa en la audiencia que se ha mostrado interesados en los temas, pero sobre todo se ha logrado impactar en el campo del conocimiento en cuanto a sistemas de producción agrícola en agricultura protegida.
Las condiciones para México pueden ser propicias, si logramos que a la par con el crecimiento de la superficie cultivada en invernaderos se vayan desarrollando tecnologías para el mejor uso de los recursos naturales, mediante eficientes procesos de diseño y manejo, basada en diagnósticos y modelos adaptados a las condiciones medioambientales del país.
De esta manera, sería factible elevar los rendimientos y mejorar la calidad del producto, lo cual permitiría al país incursionar en mercados internacionales de manera constante, y seguir creciendo, pero de manera ordenada combinando diseño, construcción y medioambiente. De tal manera, que con el tiempo se pueda consolidar una regionalización agroclimática con el fin de caracterizar las zonas agrícolas en invernaderos y en función de cada una proponer una tecnología low cost con los mejores rendimientos.