Exigen revocar autorización para siembra experimental de maíz transgénico
Greenpeace México consideró que esta autorización viola la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, la cual mandata en su artículo 2, fracción XI, el establecimiento de un régimen de protección especial al maíz; se viola también el principio precautorio establecido por el Protocolo de Cartagena en su artículo primero sobre Seguridad de la Biotecnología Moderna, el cual señala que cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio ambiente y de la diversidad biológica.
En un comunicado, la organización ambientalista señaló que la siembra de maíz transgénico “dará el tiro de gracia a nuestra independencia alimentaria, pues volverá a nuestros productores de maíz dependientes de empresas como Monsanto. Los trabajadores del campo serán demandados por esas empresas cuando sus campos sean contaminados y ningún productor podrá volver a sembrar su semilla, como lo hacen hasta ahora, pues tendrá que pagar regalías a las corporaciones para volver a sembrar”.
Aleira Lara, coordinadora de la campaña de agricultura sustentable y transgénicos de la organización, calificó de irresponsable la medida tomada por las autoridades, por lo que remarcó: “exigimos de manera inmediata la revocación de las autorizaciones ilegalmente otorgadas y una moratoria total y definitiva a las siembras de maíz transgénico”.
Exigió al gobierno mexicano reinstalar la moratoria de siembras experimentales de maíz transgénico, de acuerdo con la evidencia científica reunida en el informe Origen y diversificación del maíz. Una revisión analítica, en el cual se plantea la imperiosa necesidad del apego al principio precautorio ante el riesgo de contaminación de los cultivos en México.
Por su parte, campesinos de la región mixteca de Puebla y Oaxaca, centro de origen del maíz, se declararon en “alerta” por la amenaza que representa el maíz transgénico para el patrimonio alimentario mexicano.
Raúl Hernández Garciadiego, representante latinoamericano del Consejo Internacional del Movimiento Slow Food –con sede en Italia-, anotó que “el gobierno mexicano abandonó su deber de proteger el patrimonio alimentario de nuestro país, y se doblegó ante la poderosa compañía transnacional Monsanto y le autorizó el inicio de siembras experimentales de maíz transgénico. Con esta humillante decisión, hoy ha sido puesta en riesgo toda esa construcción colectiva milenaria de riqueza alimentaria”.
Recordó que el reciente estudio de la Conabio (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad), coordinada por el Dr. José Sarukhán, concluyó que debe aplicarse el principio precautorio y prolongar la moratoria a la siembra de maíz transgénico en nuestro país.
Expresó que “el patrimonio alimentario y culinario de México, se ha enriquecido ciclo tras ciclo, a lo largo de por lo menos nueve mil años, gracias al trabajo de todos los campesinos de las diferentes culturas indígenas, quienes seleccionan cuidadosamente las semillas que logran los mejores resultados en cada región, y las conservan y protegen para sembrarlas al siguiente ciclo, multiplicándolas y enriqueciendo así su potencial genético.”