Presentarán empresas más permisos para fase piloto de maíz transgénico
Informó que este lunes presentarán a la autoridad correspondiente los reportes finales de 15 permisos que obtuvieron las empresas para siembra experimental, que fueron los que se ejercieron de una treintena de permisos que obtuvieron.
Fabrice Salamanca adelantó que como resultado de los experimentos se observó que la eficacia de la tecnología –resistentes a lepidópteros, coleópteros y tolerantes al herbicida glifosato– varía de 90 a 100 por ciento y entre los 15 municipios, pero se encuentra dentro del estándar de calidad.
Recalcó que “hasta el momento lo que se ha demostrado es la eficacia de la tecnología”, ya que sí controla el insecto; aunque no era difícil esperar este resultado porque desde hace 15 años ya se han hecho cientos de ensayos en Honduras, Cuba, Brasil, Colombia y Estados Unidos.
De los permisos ejercidos seis fueron del estado de Sinaloa, cinco de Sonora y cuatro de Tamaulipas. Se dejo de ejercer uno en Sonora y cuatro en Tamaulipas, ya que salieron a destiempo respecto al ciclo agrícola, y uno más fue negado, precisó.
Las empresas que participaron fueron Monsanto, Dow AgroSciences y PHI México y lo hicieron con cinco tecnologías.
Las firmas biotecnológicas ya entregaron informes parciales a la autoridad de cada una de las etapas –desarrollo del ciclo, de cosecha, de destrucción y de insectos– de Sinaloa y Sonora, falta el reporte de resultados final de Tamaulipas, donde por los problemas de huracán Alex se tuvo que cosechar antes y eso retraso el proceso. Pero el aspecto climático no incidió en los resultados porque estaba en la última etapa del ciclo, aseguró Salamanca Ract.
El costo de cada ensayo en la fase de experimental fue de entre 4 millones y 12 millones de pesos, por lo que estimó un costo total de 70 millones de pesos. Además, puntualizó, cada trámite para hacer una solicitud cuesta 41 mil 618 pesos y la reconsideración 12 mil pesos.
Fase piloto, clave
El directivo de AgroBio México subrayó que en la fase piloto se acreditará el beneficio de la tecnología en cuanto a términos agronómicos y costo beneficio para el agricultor. “Si la tecnología va o no a lo comercial, se juega en la piloto”.
Por ello, para ciclo otoño-invierno –que se cultiva en diciembre– las empresas presentarán solicitudes para fase piloto en Sinaloa y en Tamaulipas, que se siembra en febrero del próximo año. En forma paralela se solicitarán experimentales en otros municipios que no han estado contemplados, dentro de los mismos estados donde ya se presentaron experimentales.
Expuso que como la fase piloto es más costoso establecer medidas de seguridad, los ensayos se harán donde se pueda escalar y sólo se haría en las tecnologías más nuevas que incorporen dos o más genes.
“Nosotros vamos a meter permisos para etapa experimental en una segunda fase, sobre todo donde no hubo suficiente plaga de insectos y los resultados fueron poco representativos y donde fueron contundentes se presentaran a etapa piloto, que es la más interesante porque se mide la utilidad de tecnología en costo beneficio”.
Respecto a la postura de las autoridades en el sentido de que el tiempo para autorizar a las empresas pasar a otra fase puede ser indefinido, el representante de las firmas biotecnológicas en México dijo que “la industria no se va ir cinco años porque no hay dinero que pague eso; con uno o dos ciclos es suficiente para medir o comprobar la eficacia biológica”. En el caso de la fase piloto dependerá de los resultados.
Hay mucha discrecionalidad en autoridades
Al preguntarle si no es necesario presentar primero los resultados de los experimentos para iniciar la fase piloto, Salamanca Ract consideró que existe mucha discrecionalidad de la autoridad desde que se hizo la legislación en la materia, ya que se estableció una Norma Oficial Mexicana de reporte oficial de resultados –que reglamente el artículo 18 del reglamento de la LBOGM–, pero a dos años la Semarnat no la ha emitido.
La norma nos diría cómo avanzar de etapa en etapa, pero como no está lista, hay mucha discrecionalidad de la autoridad desde que se hizo la ley, remarcó.
Ante este escenario, subrayó: “nosotros vamos a entregar resultados y darlos a conocer a la opinión pública e insistir en avanzar a la siguiente etapa”.
Remarcó que el reglamento establece siquiera si la autoridad debe validar los resultados, sino hasta que haces la siguiente solicitud puedes saber qué falta, por eso vamos a meter las solicitudes a fase piloto.
Fabrice Salamanca consideró que el problema es que las autoridades definan una política agrícola para transgénicos; al parecer hay una decisión tomada en algodón, pero con todos los demás cultivos la postura es “vamos ir viendo”.
Todavía no saben qué hacer y lo ven como “papa caliente”. Por eso, hay que evitar la discrecionalidad y que no sea una decisión política.