Piden restablecer moratoria a maíces transgénicos
Dicha decisión del Ejecutivo “es consecuente con el interés público y apegada a la ley pues el objeto de la misma es prevenir, evitar o reducir los posibles riesgos que el uso de Organismos Genéticamente Modificados pudiera ocasionar a la salud humana o al medio ambiente y a la diversidad biológica o a la sanidad animal, vegetal y acuícola", indicaron.
Iván Polanco, integrante de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) expresó que no se requiere el uso de materiales transgénicos, porque con las estrategias que emplean diversas organizaciones de productores agrícolas, como la siembra de semillas híbridas, establecimiento de periodos se siembra y tecnificación de las parcelas se puede producir más.
Comentó que si se aprueba la liberación de semillas transgénicas se le va dará el monopolio de la seguridad alimentaria a una empresa transnacional.
Agregó que no podemos hacer caso a chantajes de empresas monopólicas que amenazan con retirar su inversión del país para llevarla a otros lados. La cantidad que pretenden destinar a proyectos no es ni siquiera lo que ejerce en un año Procampo, uno de los programas de la Sagarpa.
Por su parte, Adelita San Vicente, directora de la fundación Semillas de Vida, destacó que los mismos promotores de los productos transgénicos han declarado que no se incrementa el rendimiento de los cultivos mediante el empleo de esa biotecnología.
Asimismo, indicó que no pueden coexistir maíces con modificaciones genéticas y “naturales,” es decir, sin biotecnología; contrario a lo que señaló el titular de la Sagarpa, Francisco Mayorga. Explicó que mediante el proceso de polinización a través del viento o de insectos polinizadores se puede expandir el maíz transgénico hacia las variedades originarias de México.
Catherine Marielle, del Grupo de Estudios Ambientales consideró preciso que se hagan públicos los resultados del estudio sobre las razas del maíz, financiado con 1.5 millones de dólares por la Sagarpa, la SEMARNAT y la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM), que anunció el doctor. José Sarukhán en la prestigiada revista Nature este mes, donde señaló que la diversidad de razas y variedades nativas de maíz –e incluso de teocintle- es mayor de lo que se pensaba, especialmente en el norte del país, y esto es fundamental para la protección de los centros de origen y diversidad genética considerada en la propia ley.
Iván Polanco explicó que en Brasil, país que adoptó la biotecnología para cultivos de maíz y soya, se vio en la necesidad de legalizar el uso de semillas modificadas porque ya se habían contaminado muchas de sus variedades y, no por el rendimiento que estas les confieren a sus cultivos. De hecho, muchas organizaciones de productores de esa nación están en contra del uso de transgénicos
Agregó que ese país sudamericano tiene un gran desarrollo agrícola por otros factores, como las políticas públicas y la enorme extensión de tierra para cultivar.
Por último, San Vicente resaltó que las variedades de maíz transgénico que se pretenden instaurar en México tienen alta resistencia a los herbicidas, plaguicidas y agroquímicos. Presentan alta resistencia al glifosato que puede causar afecciones al sistema inmunológico, hígado y riñón.