Biotecnologia

Introducir maíz transgénico en México, responde a aspectos económicos

La insistencia de las compañías transnacionales de comercializar maíz transgénico en México se debe al interés de recuperar su inversión y de demostrar que en este país, centro de origen del cultivo, se puede usar esta tecnología y, consecuentemente, en cualquier lugar del mundo, aseveró José Sarukhán Kermez, titular de la Comisión nacional para el conocimiento y uso de la biodiversidad (Conabio).

Argumentó que ninguna de las variedades o transgénicos que se han liberado en Estados Unidos –enfatizó– produce ni un kilo más que las variedades híbridas que ya se comercializan en el país. No me queda claro la necesidad de aceptar, a fuerza, la entrada de estos materiales que son resistentes a algunas plagas que no tienen ninguna relevancia en México.

En el marco del Coloquio: Seguridad alimentaria biodiversidad y cambio climático, realizado en el Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, expresó que no está en contra de los transgénicos y tampoco la Conabio, puesto que la institución ha procesado 2 mil 300 solicitudes para este tipo de cultivos en una década.

Sarukhán Kermez puntualizó que de todas esas solicitudes, las únicas que han generado problemas tienen que ver con maíz, por razones culturales, históricas, sociales y económicas, que vienen de muy atrás.

Tal inconformidad no se puede ignorar, porque mucha gente vive de ese cultivo y porque somos el centro de origen del maíz y contamos con 52 variedades criollas, producto la selección de grupos étnicos durante miles de años.

Luis Manuel Guerra, expresó que las empresas que invierten en investigación sobre OGM no son perversas y que su único objetivo no es hacer dinero, que también generan soluciones a la población.

Sarukhán Kermez detalló que los mitos que se han creado sobre las posibles afectaciones a la salud por el consumo de transgénicos o las falsas bondades de los mismos, son distorsiones que se tienen que eliminar en las discusiones sobre el tema para no perder objetividad.

Mi resistencia, dijo, no es a la tecnología, sino a la dignidad que debe que tener una nación para poder entender y resolver sus propios problemas con sus propios recursos, cosa que hacíamos perfectamente hace cuatro décadas, cuando se decidió cortar la inversión pública en investigación agrícola a sugerencia del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Como resultado, tenemos a un Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) “completamente fundido, que nos deja incapacitados para hacer investigación capaz de resolver nuestras necesidades agrícolas. Esa investigación se trasladó automáticamente a la industria privada”.

Por su parte, Beatriz Xoconostle, investigadora del Centro de investigación y estudios avanzados (Cinvestav), apuntó que la biotecnología moderna tiene bondades que podrían ayudar a incrementar la productividad, ya que México tiene promedios de rendimiento similares a los de la África Subsahariana, eso contando los altos índices productivos de Sinaloa, de lo contrario estaríamos más abajo.

Destacó que es necesario que desarrollemos plantas resistentes a zonas de inundación y a pendientes muy pronunciadas, porque en regiones como Mixteca y la Sierra Tarahumara los rendimientos son bajos y dificultan la alimentación adecuada de la población que ahí habita.

Comentó que su grupo de trabajo del Cinvestav ha recibido peticiones formales de la Tarahumara para que les lleven semilla para la producción de maíz y frijol, sin embargo, las tres variedades mejoradas que desarrollaron son oscuras y la población de esa comunidad no consume frijol negro, sólo variedades claras.

En el caso del maíz, estamos impedidos por la ley, puesto que ni siquiera hemos podido realizar ensayos en campo de nuestra variedad cisgénica resistente a sequía.

En el Coloquio, organizado por el Instituto Global para la Sostenibilidad que dirige Isabel Studer, Xoconostle Cázares expresó su deseo de que este año si se autorice su solicitud de siembra experimental en el estado de Sinaloa, porque es necesario conocer el comportamiento de su variedad de maíz en campo.

Asimismo, refirió que el Comité intersectorial de bioseguridad de los organismos genéticamente modificados (Cibiogem) le canalizará recursos a su equipo de trabajo para continuar con la investigación de su variedad de maíz resistente a sequía. La mayor parte del dinero la destinaremos, si es que se emite el dictamen de aprobación, para cubrir los onerosos gastos que representan las pruebas experimentales en campo.

 

Mostrar más

Articulos Recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button