“Turismo “gourmet”

Para cubrir la demanda de consumidores o turistas cada vez más conscientes del cuidado al medio ambiente, comunidades de México han desarrollado experiencias de turismo sustentable, por ejemplo en la Sierra de Juárez Oaxaca, la selva de Chiapas o de Quintana Roo, que no sólo responden a esta expectativa, sino que han entrado a un proceso de certificación de sus procesos y actividades en su oferta para los visitantes.
Un ejemplo de esto es la experiencia que ha alcanzado la Red de Turismo Comunitario de la Zona Maya de Quintana Roo, Sociedad Anónima, conformada por ocho grupos que integran más de 300 ejidatarios del centro y norte de Península, localizados por ejemplo en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, cuidan sus procesos para evitar dañar el medio ambiente, lo cual ha sido evaluado por CERTIMEX.
Quienes encabezan estas experiencias afirman que en Quintana Roo, “nuestro turismo es selecto, no vamos a las masas, no recibimos cualquier tipo de turista, nuestro turismo es gourmet, porque les gusta valorar lo que tenemos; nos buscan personas muy especiales que valoran nuestro trabajo”, expresaron habitantes del lugar a Taurino Reyes Santiago, director de CERTIMEX.
Los visitantes son tanto turismo nacional como extranjero –sobre todo europeos y canadienses–, incluso local porque en Carrillo Puerto los ejidatarios, quienes están en un área voluntaria de conservación desarrollaron una Unidad de Manejo Ambiental y tienen por acuerdo de asamblea que los ejidatarios pueden visitar el desarrollo sin pago alguno una vez al año, acompañados de 5 familiares.
Taurino Reyes platica que su incursión en evaluar este tipo de experiencias se dio de manera natural, ya que el origen de la certificadora está en su trabajo con cooperativas pequeños productores de café, miel jamaica y cacao, que tienen actividad en materia social, ambiental y económica. Además, en los dos últimos años CERTIMEX ha estado trabajando con ejidos o comunidades que desarrollan turismo comunitario.
Lo anterior se conjugó con la iniciativa de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) que apoyan a Proyectos de Sistemas Productivos Sustentables y Biodiversidad, uno de ellos es el ecoturismo amigable con la biodiversidad, donde establece una serie de criterios o prácticas con los cuales se puede verificar que centro ecoturístico trabaja en armonía con la Biodiversidad.
Taurino Reyes explica que estos proyectos que evaluamos integran 26 asociaciones de productores, tanto en la Sierra Juárez, Huatulco, Oaxaca; en Chiapas y Yucatán. Por ahora se trata de un plan piloto para monitorear prácticas amigables con el medio ambiente y la Biodiversidad en conjunto con la CONABIO, de esta verificación se emite un reporte y una constancia que indica que cumple con cierto nivel de prácticas amigables con la Biodiversidad.
Los indicadores que miden son que el centro ecoturismo tenga un conocimiento básico de lo que hay en su desarrollo, qué especies de fauna o de flora existen, para lo cual tienen que hacer un inventario para saber si están en riesgo o en estatus de conservación. Otro aspecto es el uso racional y sustentable de los recursos como agua o la energía. Si usan sistemas de tratamiento de agua, trampas para aceite y grasas, o energía solar.
Si es un ejido forestal se observa cómo protegen las especies nativas por ejemplo el cedro y caoba; si llevan bitácoras para temporadas altas, en las cuales documentan el ingreso de turistas, si hay senderos y en estos se identifica y protege la Biodiversidad o cuentan con brigadas para el avistamiento de aves; si hay un reglamento interno y protocolos de seguridad para los trabajadores del centro y visitantes.
En el aspecto social se evalúa cómo este centro ecoturístico está impactando en la comunidad, tanto en el aspecto social como económico. En Carrillo Puerto se encontró que hay consumo de productos locales y equidad de género, ya que las mujeres participan activamente en la dirección de la empresa, donde hay personal operativo, director, vigilantes y meseros, quienes rinden cuentas al comisariado ejidal y asamblea de ejidatarios, es un proyecto social, económica y ambientalmente sustentable.
El director de CERTIMEX señala que las comunidades reconocen el trabajo de esta certificadora, que en 21 años ha caminado junto con las comunidades y organizaciones de pequeños productores orgánicos y de comercio justo; técnicos, inspectores internos y promotores. Evaluamos criterios y quienes cumplen son certificados, cuidando aspectos como conflicto de interés o competencia técnica de gente que evalúa.
La certificación –subraya– es importante porque “necesitas generar confianza en el consumidor, porque de lo contrario puede ser muy ambiental o social pero nadie te va a creer”.
Las comunidades forestales o con proyectos de ecoturismo han visto cómo ese trabajo colectivo tiene un beneficio para todos, los pequeños productores saben que si no se organizan o acceden a herramientas o certificaciones difícilmente llegan más allá de la comunidad, expresa Taurino Reyes.
La experiencia en Carrillo Puerto tiene 13 años y hace 30 años esos terrenos estaban en aprovechamiento de empresas forestales privadas, quienes tenían las concesiones y estuvieron saqueando la selva literalmente; los ejidatarios emprendieron acciones legales y recuperaron sus ejidos a favor de los ejidatarios y hoy desarrollan proyectos sustentables con el medio ambiente y bajo el control de la comunidad.