Avance que industria acepte etiqueta octagonal de advertencia frontal en alimentos, experto
En México hay avances sólidos en medidas contra el sobrepeso y la obesidad, porque después de años de lucha de organizaciones civiles en pro de la alimentación sana y tras horas de diálogo en una mesa para modificar la Norma Oficial Mexicana 051, de etiquetado, se ha logrado que la industria acepte la etiqueta octagonal de advertencia frontal sobre la presencia alta de azúcares, sodio, grasas y grasas saturadas, y de alimentos no recomendables para los niños.
Así lo señaló el investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, Abelardo Ávila Curiel, al participar en la tercera conferencia del ciclo Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica con Prácticas Sustentables organizado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Para que dicha definición normativa quede en firme, añadió, lo que viene ahora es una consulta pública.
Recordó que durante décadas “permitimos la hipertrofia –crecimiento desmesurado– de un sistema alimentario que tiene un volumen de ventas de 80 mil millones de dólares en México, con políticas fiscales de consolidación, de condonación de impuestos, con publicidad desproporcionada”.
Y ante la penetración de alimentos ultraprocesados y sus efectos en la salud los gobiernos anteriores no tomaron decisiones.
Hoy, resaltó, se trabaja en la modificación de la Ley General de Salud que considere el etiquetado frontal –cuya iniciativa de ley se aprobó hoy en la Cámara de Diputados.
“Así tendremos un acto de ejercicio de la autoridad, que es la responsable de garantizar la salud pública”, lo que será un primer paso para que los niños puedan entender los etiquetados y para que se elimine de la publicidad el uso de personajes que abusan de la fantasía infantil, recalcó Abelardo Ávila.
El experto en nutrición reconoció que falta más por hacer, como rescatar en nuestros hábitos alimenticios todo aquello que no está etiquetado, lo que produce la agricultura campesina, además de generar programas de vigilancia epidemiológica, avanzar en la agricultura sustentable, cambiar el ambiente de las escuelas y el entornos obesogénico, pero vamos en el camino correcto, se está dando una coordinación entre gobierno y sociedad. Tenemos la conciencia de que estamos haciendo lo que debió iniciar hace 50 años.
En su intervención, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Suárez Carrera, manifestó que la situación de salud en México, con epidemia de obesidad y sobrepeso, y enfermedades asociadas como diabetes, síndrome metabólico e hipertensión, presentes incluso en las poblaciones infantil y agudizada en la zona rural, llegó a un punto inaceptable, por lo que el gobierno federal estableció un estrecho vínculo entre las autoridades de Salud, de Agricultura y de Medio Ambiente para atender el tema, que avanza con medidas concretas para revertir las tendencias alimentarias nocivas.
Resaltó que un elemento que diferencia al gobierno actual de sus antecesores es que las decisiones de política pública se están tomando con independencia del poder económico; antes, “el poder político estaba capturado por los intereses de la industria”.
Afirmó que el Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación y Medio Ambiente (GISAMA) está dando pasos para su formalización y así dar sustento legal a sus decisiones. “Buscamos un sistema agroalimentario justo, saludable y sustentable”, agregó.
Obesidad y desnutrición coexisten en zonas indígenas
Ávila Curiel, quien ha sido responsable de las Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición (Ensanut) que miden la talla y peso de los niños, indicó que la falta de acción gubernamental para enfrentar la desnutrición infantil propició su aumento.
Precisó que la tendencia de abatimiento de la desnutrición que ocurre en México registra fundamentalmente lo que ocurre en zonas urbanas. Sin embargo, en las zonas indígenas y rezagadas, como la Montaña de Guerrero y lugares de Oaxaca y Chiapas, la desnutrición infantil y mortalidad sigue siendo extremadamente alta y grave, misma condición de hace 50 años. Si bien se observan niños con talla baja y peso alto, esto revela obesidad y desnutrición, subrayó.
Tenemos una obesidad que golpea a la pobreza. Entre 2002 y 2012, impulsado por las transferencias condicionadas del programa Prospera, la población duplicó su consumo de productos chatarra.
La Ensanut 2016 reveló que las mujeres en edad reproductiva en el medio rural tienen más tendencia a la obesidad que en el medio urbano y la obesidad viene acompañada de daño a la salud. Los datos de defunciones por diabetes son evidentes: en 1970 morían 36 personas por cada cien mil y en 2015 la tasa ya era de 129”, advirtió.
Por su parte, el presidente de la Fundación Valle La Paz, del Estado de México, Dieter le Noir Guyot, observó que siete de cada 10 mexicanos mueren por un síndrome metabólico, por la mala calidad de los alimentos que consumimos. “Tenemos que recapacitar y entender que los alimentos procesados son la causa y que no habrá sistema de salud ni dinero que puedan arreglar el desajuste, por lo que tenemos que aplicar un cambio”, sugirió.
“Tenemos un bono demográfico, pero si se mantiene la tendencia en la que vamos ocurrirá que la gente no podrá trabajar por problemas de hipertensión, cardiovasculares o diabetes. Queremos que los jóvenes entren al mercado laboral con vitalidad, fuerza y menos necesidad de sistemas de salud”, finalizó Le Noir.
Fuente: Sader