Vacuna de COVID-19 no debe darnos falsas esperanzas; necesitamos un mundo más verde y más justo: ONU

El secretario general de las Naciones Unidas abogó este jueves por un nuevo contrato social que aborde las raíces de la desigualdad y contemple una tributación justa de los ingresos y de la riqueza, prestaciones universales y oportunidades para todos.
La llegada de la vacuna contra la COVID-19, lograda gracias al trabajo y dedicación de científicos e investigadores de todo el mundo, no podrá revertir los daños que la aparición del coronavirus provocará a lo largo de los próximos años e incluso décadas, afirmó este jueves el titular de la ONU.
Durante un debate temático en la Asamblea General en respuesta a la pandemia, António Guterres recordó que por primera vez desde 1945 la humanidad se enfrenta a una amenaza común que no distingue entre nacionalidad, etnia o religión.
Una discriminación que sí se observa en nuestros esfuerzos para prevenir y contener esta pandemia que ha golpeado con mayor fuerza a las personas más pobres y vulnerables de nuestras sociedades, especialmente en las personas mayores, en las mujeres y las niñas, en las comunidades de bajos ingresos y en las personas marginadas y aisladas.
Hay países que ignoran las orientaciones de la OMS
Y todo ello ocurre pese a la información objetiva y basada en orientaciones científicas que ha proporcionado la Organización Mundial de la Salud desde el inicio de la pandemia, que debería haber sido la base de una respuesta mundial coordinada.
Lamentablemente, muchas de esas recomendaciones no se siguieron. Algunos países todavía rechazan los hechos y omiten las orientaciones.Y mientras los países toman su propia ruta, el virus se mueve en todas las direcciones”, destacó.
Aunque ya se otea en el horizonte la llegada de la vacuna contra el coronavirus, Guterres destacó que ésta no ha de darnos falsas esperanzas ante el complicado futuro post-COVID al que nos enfrentamos.
“Una vacuna no puede deshacer el daño que se extenderá a través de los años, incluso décadas por venir. Aumenta la pobreza extrema, se cierne sobre nosotros la amenaza de la hambruna. Nos enfrentamos a la mayor recesión mundial en ocho décadas. Estos impactos intergeneracionales no se deben sólo a COVID-19.
Son el resultado de las fragilidades, desigualdades e injusticias a largo plazo que ha expuesto la pandemia. Ha llegado el momento de reajustar”, alertó.
Un nuevo contrato social
Este reinicio ha de contemplar un futuro donde se aborden temas esenciales que van desde las carencias en los servicios básicos hasta un planeta sobrecalentado, por ello destacó que se ha de priorizar el fortalecimiento de los sistemas de salud y la cobertura sanitaria universal.
“Desde 2007, la Organización Mundial de la Salud ha declarado seis emergencias de salud pública de interés internacional. La de la COVID-19 no será la última. Debemos aplicar las lecciones aprendidas si queremos cumplir con las responsabilidades que tenemos con nuestros hijos y nietos”, alertó.
A la vez, destacó la necesidad de que las redes de seguridad social “funcionen” para todo el mundo ya que normalmente fallan cuando son más necesarias.
“Un nuevo contrato social entre las personas, los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, entre otros, puede abordar las raíces de la desigualdad con una tributación justa de los ingresos y de la riqueza, prestaciones universales y oportunidades para todos”, destacó.
Guterres señaló que las futuras generaciones no pueden heredar un “planeta roto y con enormes deudas”, por lo que el dinero que gastamos en la recuperación de la pandemia debe destinarse a la construcción de un futuro más verde y justo.
Fuente: ONU