Sistema de Control Interno, gran aportación de pequeños productores de México al mundo orgánico
Hernán Martínez Morales
México Orgánico, S.C.
Las organizaciones de pequeños productores mexicanos han hecho importantes aportaciones al mundo orgánico, una de ellas es el diseño e implementación del Sistema de Control Interno (SCI), que permite a los propios grupos organizados verificar que se cumplan los requisitos para acreditar la certificación orgánica, la cual cuenta con el reconocimiento de autoridades nacionales e internacionales.
El SCI es un proceso de control de la producción y manejo de los productos orgánicos en Grupos de Pequeños Productores (GPP), mediante el cual éste garantiza el cumplimiento de las normas de producción orgánica por parte de cada uno de los miembros que la conforman.
El desarrollo de este sistema ha llegado a tal grado que en la actualidad todos los GPP que requieran la certificación orgánica deben establecerlo con el 100% de sus productores que requieran la certificación orgánica y cumplir con los requisitos que tienen establecidos las autoridades, según el mercado del producto. Cabe destacar que este sistema se debe establecer antes de la realización la inspección por un organismo certificador.
A lo largo de 34 años, el SCI ha trascendido como un aporte al sistema de certificación para grupos de productores. Hay que remarcar que las autoridades que regulan la producción orgánica de los países importadores empezaron a reconocer este sistema, lo cual ha sido muy importante para las organizaciones de pequeños productores. Por ejemplo, cuenta con el reconocimiento de la Unión Europea, sus requisitos están especificados en el Reglamento (UE) 2018/848 para la producción orgánica; en los Estados Unidos, en el Programa Nacional Orgánico (NOP, por sus ciclas en Inglés) está en proceso la integración de los requisitos para grupos de productores, pero ya desde 2002 existe una Guía con los requisitos para la certificación de estos grupos.
En el caso de la regulación mexicana para la producción orgánica, también se cuenta con los requisitos para el sistema de control interno en grupos de productores, los cuales se establecen en los Lineamientos Mexicanos para la producción orgánica, que fueron actualizados en junio de 2020.
Una estructura básica para el SCI es contar con un responsable, un equipo de inspectores internos y un comité interno de aprobación, cada personal con sus respectivas funciones en el que hacer de este sistema de control.
Orígenes del sistema
El sistema de control interno surgió en 1987 en la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI), organización social ubicada en la región del istmo de Tehuantepec, Oaxaca, ante el interés de esta organización, en llevar un seguimiento interno del programa de café orgánico que venían desarrollando, es decir, verificar el cumplimiento por parte de los socios, en la realización de las actividades de manejo orgánico de sus parcelas conforme al programa orgánico.
El inicio del programa orgánico en la UCIRI fue en los años ochenta. En 1985 una comisión de representantes de la organización realizó una visita a la finca Irlanda ubicada en el Soconusco, en el Estado de Chiapas, única experiencia que había en el mundo sobre producción de café orgánico. Los dueños de la finca compartieron sus experiencias y ahí surgen las primeras prácticas de café orgánico desarrolladas por pequeños productores organizados, siendo UCIRI la primera organización social que implementó las prácticas de café orgánico en el país y en el mundo como GPP.
En 1984, compradores de café visitaron a UCIRI. Las primeras ventas de café orgánico de esta organización se realizaron en 1985 a Simón Levelt de Holanda y a la GEPA de Alemania, con lo cual UCIRI logró la comercialización de manera directa a precios más justos para los productores, comparado con lo que pagaban los intermediarios en la zona.
Otro hecho importante en este proceso es que en noviembre de 1972 se fundó en Alemania la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM, por sus siglas en inglés). Este organismo escribió los primeros requisitos de la agricultura orgánica, basados en los principios de la naturaleza y en éstos se basó la UCIRI para desarrollar las primeras prácticas de café orgánico.
Como en UCIRI había el interés de desarrollar un buen programa de café orgánico, para que las prácticas de manejo del cultivo se viera reflejado en la producción de los cafetales y en la salud de los productores, los productores dejaron de usar sustancias químicas que se promovía desde la agricultura convencional.
Así, algunas de las prácticas contempladas en dicho programa son: el mantenimiento de la sombra diversificada y regulada, la realización de prácticas de conservación del suelo; prácticas de abonados orgánicos para el suelo; limpia manual haciendo un corte alto de la hierba para evitar la remoción del suelo; realización de las podas a los cafetos; buenas prácticas en la cosecha y en el beneficiado húmedo del café (fermentación y lavado), con la finalidad de mejorar siempre la calidad; así como la realización del acopio del café pergamino seco de manera colectiva.
A la par en la UCIRI se venía desarrollando a partir de 1986, un programa de educación para jóvenes campesinos. Se creó el Centro de Educación Campesina ubicado en la comunidad de San José El Paraíso, desde donde se coordinaba el programa de café orgánico, la capacitación a productores, técnicos campesinos y promotores, quienes se encargaban de dar seguimiento al programa orgánico en sus comunidades.
En 1987-1988 se decidió recorrer las parcelas de todos los socios, con la finalidad de evaluar los avances de las prácticas que se venían realizando; para lo cual se llevó a cabo la organización de este recorrido, haciendo un intercambio entre los promotores, de tal manera que el promotor de la comunidad A, visitara a la comunidad B; el de la comunidad B a la comunidad C, con la finalidad de no verificar su propio trabajo de asesoría técnica o por alguna relación familiar o de amistad que pudieran tener en sus propias comunidades, para evitar el “favoritismo”, a este recorrido le llamamos “Visiteo”. Este procedimiento es justo el origen de lo que ahora llamamos inspección interna, como una actividad dentro del Sistema de Control Interno” en los grupos de productores orgánicos.
La primera certificación orgánica para la UCIRI fue de Naturland de Alemania, en 1988-89, para lo cual el inspector asignado visitaba algunas comunidades y productores para evaluar el cumplimiento de sus normas orgánicas. En 1990, la certificadora propuso a la organización aumentar el número de días de la inspección externa (inspección que realiza la agencia de certificación), y verificar mayor número de comunidades y de productores. UCIRI mostró inconformidad, por lo que presentó a Naturland una información de lo que se venía haciendo para verificar que los socios estuvieran cumpliendo con el programa orgánico. Se presentó la lista del total de socios orgánicos con la actividades que venían desarrollando en sus parcelas, croquis de ubicación de las comunidades que conforman la organización con la ubicación de los centros de acopio, la ficha técnica que se llenaban en campo para la evaluación de las prácticas en las parcelas durante el “Visiteo”. Se explicó todo el procedimiento y requisitos que se seguía para la realización de esta actividad de evaluación.
El resultado de esto fue que Naturland evaluó la información y aceptó no aumentar el número de productores a inspeccionar, porque de lo contrario, esto representaría mayores gastos de certificación para la organización.
Este mismo sistema de control fue aplicado en ISMAM, MICHIZA (Yeni Navan S.P.R. de R.L.), Tiememelonla Nich Klum y la Coalición de Ejidos de la Costa Grande de Guerrero (Productores Orgánicos del Pacífico), organizaciones que también participaron en sus orígenes en el desarrollo de este sistema de control, inicialmente de manera coordinada con la UCIRI, ya que realizaban la actividad de comercialización a través de esta organización. Otras organizaciones iniciaron con un programa de producción de café orgánico y otros productos como ajonjolí, jamaica, miel.
Naturland e IMO Control (agencia de certificación suiza) en 1997 sistematizaron el trabajo que las organizaciones venían realizando en el control interno e incluyeron la parte de confidencialidad y conflictos de interés en el SCI (lo que en UCIRI llamábamos “evitar favoritismo”) y en la evaluación de las fichas técnicas por parte del comité interno de evaluación.