Pecuario y Pesquero

Hacen falta mejores soluciones al problema del clenbuterol

En nuestro país, desafortunadamente se sigue produciendo carne con clenbuterol. Es un problema que tenemos y es muy fuerte. Se utiliza este producto porque los consumidores en México demandan la mayor cantidad de carne por lo que pagan; no les gusta que tenga mucha grasa y este fármaco, aplicado en el proceso de finalización del ganado, reduce considerablemente la presencia de tejido graso y estimula el desarrollo de muscular de los animales, asegura Gilberto Aranda Osorio, profesos e investigador del posgrado en producción animal de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH)

Cuando los productores no lo aplican, corren el riesgo de que los comercializadores y carniceros no les compren su ganado, o que les “castiguen” demasiado el precio.

El investigador señala que estamos en un círculo vicioso, en el que los consumidores demandan menor contenido graso, los comercializadores exigen carne con esas características y los productores se ven obligados a utilizar estimulantes para ello, como el clenbuterol.

A pesar de que existen productos similares, como el Ractopamine y el Zilpaterol, estos no tienen la misma eficiencia que el clenbuterol y son más costosos.

A partir del año 2000 se comenzó a prohibir el clenbuterol, y en 2004 se publicó la Norma Oficial Mexicana NOM-194-SSA1-2004, de Productos y Servicios. Especificaciones sanitarias en los establecimientos dedicados al sacrificio y faenado de animales para abasto, almacenamiento, transporte y expendio. Especificaciones sanitarias de productos. En la que se establece que los productos cárnicos para consumo humano deberán estar libres de clenbuterol.

Lamentablemente, en lugar de hacer un estudio serio y completo para el uso adecuado de dicho estimulante muscular, el gobierno decidió prohibir su utilización; entonces este producto se fue al mercado negro. Ahora se vende de forma clandestina y a un menor precio, aunque no sabemos que concentración tiene, destaca Aranda Osorio.

De hecho, refiere, los casos de intoxicación que se han presentado en México se deben primordialmente al consumo de hígado. Los síntomas regulares por consumo de este producto son mareos, taquicardias y, en algunas ocasiones, vómito. No obstante, en 90 por ciento de los casos de intoxicación no se han registrado decesos por este problema.

El investigador explica que en el mercado negro se pueden encontrar bultos de sales con clenbuterol de 10 o 20 kilos a un precio de 300 pesos, pero que no sabemos la concentración exacta que tienen del fármaco. Además cuando los productores lo emplean y observan buenos resultados, reflexionan: si utilizando un costal se ve mejor el animal, porque no usar dos costales, así el resultado será aún mejor.

Esta falta de conocimiento es la que puede generar residuos en el animal que son perjudiciales tanto para el ganado como para los consumidores.

Ante esta realidad, incluso recomienda que si se usa clenbuterol hay que suministrar 0.8 gramos por tonelada de alimento; con esta concentración se evita la acumulación de residuos de dicha sustancia en la retina del ojo, cerebro, hígado y músculos del ganado.

Aranda Osorio propone buscar mejores soluciones al problema que aplicar sanciones al productor. Los consumidores debemos exigir carne sin clenbuterol en las carnicerías y los vendedores deben certificarse como establecimiento libre de dicha sustancia. Así les daríamos mucha fuerza a los productores, porque ya no se verían obligados a utilizar ese producto.

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