ALyC sin camino para cumplir 5 ODS: 43.2 millones de personas con hambre
247.8 millones en inseguridad alimentaria moderada o grave
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Existen 133.4 millones sin acceso a dietas saludables
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En países de la región prevalece sobrepeso en niños y, al mismo tiempo, desnutrición
América Latina y el Caribe (ALyC) no está en camino de alcanzar cinco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ni las metas establecidas por la Asamblea Mundial de la Salud, relacionadas con acceso a alimentos, inseguridad alimentaria y malnutrición, dado que aún 43.2 millones de personas sufren hambre (6.5% de la región), y 133.4 millones de personas no pueden acceder a dietas saludables, que observan el costo más alto respecto a otras regiones del mundo.
El número de personas sin acceso a dietas saludables significó un aumento de 11.5 millones en comparación con 2020, de acuerdo con el informe Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición 2023, elaborado por FAO, FIDA, OPS, PMA y UNICEF.
El documento presentado hoy, en Santiago de Chile, indica que en ALyC el costo de la dieta saludable alcanzó en 2021 los 4.08 dólares diarios por persona, mientras que el promedio mundial fue de 3.66 dólares. Por regiones, en Asia la cifra se ubicó en 3.90 dólares; en África, 3.57 dólares; en América del Norte y Europa, 3.22 dólares; y en Oceanía, 3.20 dólares.
Puntualiza que en 2021, a nivel regional 22.7% de las personas –la población total es de unos 662 millones de personas– no pudieron acceder a una dieta saludable. El 57% de la población del Caribe no tuvo acceso a una dieta saludable debido a su alto costo; en Mesoamérica, la cifra corresponde al 22,2% y en Sudamérica al 20.6%.
Entre 2020 y 2021, el costo de una dieta saludable aumentó 5.3 % en la región, dado el aumento de la inflación alimentaria impulsado por los confinamientos, las interrupciones en la cadena de suministro mundial y la escasez de recursos humanos que se produjeron durante este período.
“La inflación –subraya el informe– en los precios de los alimentos en la región ha impactado en el costo de la dieta saludable, haciéndola menos asequible, especialmente para los grupos más vulnerables. Como resultado, una cuarta parte de la población de la región no puede permitirse una dieta saludable”.
El aumento en el costo de la dieta saludable dificulta aún más el logro de las metas de los ODS 2, 3, 5, 10 y 12, ya que obstaculiza la creación de entornos alimentarios saludables y la adopción de patrones de alimentación saludable, especialmente en la población más vulnerable.
A nivel subregional, detalla, el mayor aumento en el costo entre 2020 y 2021 se registró en Sudamérica (6.4%), seguido por el Caribe (5%) y Mesoamérica (4.1%).
Cifras de hambre continúan siendo preocupantes
El informe abunda en que 43.2 millones de personas sufren hambre en la región, cifra representa una leve mejora de 0.5 puntos porcentuales respecto de la medición anterior, aunque la prevalencia de hambre todavía se encuentra 0.9 puntos porcentuales por encima de los registros de 2019, previos a la pandemia de COVID-19 y las estimaciones mundiales.
“La región enfrenta un escenario complejo, debido a una serie de crisis sucesivas: la pandemia de la COVID-19, las persistentes desigualdades, los niveles de pobreza, la crisis climática y los efectos del conflicto en Ucrania. Estos factores han contribuido al aumento de los precios de los alimentos y a la inflación alimentaria, amenazando el funcionamiento, la eficiencia y la resiliencia de los sistemas agroalimentarios. En este contexto, el hambre y la malnutrición siguen estando entre los principales desafíos para la región”, concluye el documento.
El escenario es dispar a nivel subregional. En el Caribe 7.2 millones de personas experimentaron hambre en 2022, con una prevalencia de 16.3%. En comparación con 2021, este número aumentó en 700,000, y entre 2019 y 2022, el incremento fue de un millón de personas, siendo la prevalencia más alta la de Haití.
En Sudamérica, el número de personas que padecen hambre se redujo en 3.5 millones entre 2021 y 2022. No obstante, hay 6 millones de personas subalimentadas adicionales en comparación con el escenario anterior al COVID-19. En Mesoamérica, 9.1 millones de personas padecieron hambre en 2022, lo que significa una prevalencia del 5.1%.
“Las cifras de hambre en nuestra región continúan siendo preocupantes. Vemos como cada vez nos alejamos más del cumplimiento de la agenda 2030 y no logramos mejorar aún las cifras previas a la crisis desatada por la pandemia de COVID-19. Nuestra región tiene desafíos persistentes como la desigualdad, la pobreza y el cambio climático, que han revertido al menos en 13 años el progreso en la lucha contra el hambre. Este escenario nos obliga a trabajar de manera conjunta y actuar cuanto antes”, aseguró Mario Lubetkin, subdirector general y Representante Regional de FAO para América Latina y el Caribe.
La inseguridad alimentaria continúa en aumento en la región
El informe también da cuenta que, en 2022, alrededor de 247.8 millones de personas en la región experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, es decir, se vieron obligados a reducir la calidad o cantidad de la comida que consumieron, o incluso se quedaron sin comida, pasaron hambre y, en el caso más extremo, pasaron días sin comer, poniendo su salud y bienestar en grave riesgo. Esta cifra significa una disminución de 16.5 millones con respecto a 2021.
En Sudamérica, más de un tercio (36.4 %) de la población sufrió de inseguridad alimentaria moderada o grave. En Mesoamérica, ésta alcanzó 34.5 % en 2022, lo que representó un aumento de 0,4 puntos porcentuales, o 1.3 millones de personas adicionales, en comparación con 2021. En el Caribe, en tanto, durante 2022, el 60,6 % de la población experimentó inseguridad alimentaria moderada o grave.
“En 2022, la inseguridad alimentaria moderada o grave en las zonas rurales fue 8.3 puntos porcentuales mayor que en las áreas urbanas.
Una vez más, son las poblaciones rurales quienes se están quedando atrás, y por eso debemos priorizarlas en nuestros programas y políticas públicas”,
aseguró Rossana Polastri, directora regional del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas (FIDA) para América Latina y el Caribe.
La región se enfrenta al desafío de la malnutrición
De acuerdo al informe, la región experimentó un aumento en la prevalencia del sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años entre 2000 y 2022, y en la prevalencia de obesidad en adultos entre 2000 y 2016, superando en ambos casos el promedio mundial.
Entre 2020 y 2022, en el contexto de la pandemia, la prevalencia de sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años aumentó ligeramente del 8.3% al 8.6%. En el año 2022, la prevalencia de sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años fue del 9.7% en Sudamérica, 6.7 % en Mesoamérica y 6.6 % en el Caribe.
“El sobrepeso y la obesidad son un creciente desafío, responsables de aproximadamente 2.8 millones de muertes” por enfermedades no transmisibles en 2021 en las Américas, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, director de la OPS (Organización Panamericana de la Salud).
En los últimos 50 años, las tasas de sobrepeso y obesidad se triplicaron, afectando al 62,5% de la población en la región”.
Es preocupante la prevalencia regional de sobrepeso en niños, niñas y adolescentes que se ubica en 33.6%, mayor al promedio mundial.
En contraste, según el informe, hay países que todavía presentan una alta prevalencia de retraso del crecimiento en niños y niñas menores de 5 años. A nivel regional, esta cifra llegó a 11.5 %. Si bien se ha logrado una reducción significativa desde el año 2000, la disminución se ha desacelerado en los últimos años. Entre 2000 y 2012, la prevalencia disminuyó en cerca de 5 puntos porcentuales, mientras que entre 2012 y 2022 la reducción fue de solo 1.2 puntos porcentuales.
En ALyC la malnutrición infantil es una problemática que, en sus distintas formas, sigue impactando a la niñez y adolescencia. La desnutrición y el sobrepeso infantil son dos caras de la misma moneda y exigen abordarles de forma integral.
El sobrepeso infantil ha incrementado de manera alarmante en las últimas dos décadas, amenazando la salud y el bienestar de la niñez.
La desnutrición infantil prevalece en la región, afectando mayormente a poblaciones indignas, afrodescendientes y rurales. “Desde UNICEF, hacemos un llamado a que los países impulsen políticas de salud pública que protejan el derecho a la nutrición de la niñez, asegurando su acceso a alimentos nutritivos y servicios y prácticas adecuadas”, señaló Garry Conille, director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.
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El costo de una dieta saludable, publicado por la FAO, se define como el costo, en dólares PPA (paridades de poder adquisitivo) por persona al día para lograr una ingesta calórica de 2 330 kcal/día.
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El ODS 2 señala que “para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año.