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Consumo de sal en América supera con creces recomendación de la OMS

El consumo diario de sal por cada habitante en el continente americano supera con creces la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud que es de menos de cinco gramos de sal al día, pero según los datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el promedio de ese consumo individual en la región oscila entre los 8.5 y los 15 gramos.

Las evidencias médicas han demostrado que comer menos de 5 g de sal (menos de 2 g de sodio) puede reducir la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidente cerebrovascular y cardiopatía coronaria.

Para hacer frente a este nocivo hábito de consumo, la OPS presentó nuevas metas regionales para la reducción de la sal en la dieta de la población, que se enfocan en disminuir el contenido de sodio en los alimentos procesados consumidos frecuentemente toda vez que en muchos países, gran parte del sodio alimentario (entre el 70% y el 80%) proviene de comida elaborada como pan, cereales y granos; carnes procesadas y productos lácteos.

La reducción del consumo de sal puede prevenir la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, las principales causas de muerte en la región. La evidencia muestra que más de la mitad de las muertes por enfermedades cardiovasculares se atribuyen a presión arterial alta, algo que puede verse exacerbado por el consumo excesivo de sal.

“Los países acordaron reducir el consumo mundial de sal en un 30% para el 2025, pero la pandemia por Covid-19 ha empeorado la situación al crear nuevos desafíos para la prevención y control de los factores de riesgo debido a los confinamientos y cambios significativos en los estilos de vida, incluyendo un aumento en el consumo de productos no saludables”, afirmó Anselm Hennis, director de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS. “Es sumamente importante que los gobiernos aceleren sus iniciativas para alcanzar esa meta”, subrayó.

Las nuevas y revisadas metas regionales de la OPS para la reducción de la sal 2022-2025 se enfocan en disminuir el contenido de sodio en los alimentos procesados consumidos frecuentemente como pan, cereales y granos, carnes procesadas y productos lácteos.

Las metas son una actualización más detallada de un primer conjunto desarrollado en 2015 y presentan “umbrales” máximos de sodio para 16 categorías y 75 subcategorías de productos alimenticios a reformular.

“Si queremos lograr cambios sustantivos necesitamos que estas metas se adopten con un enfoque regulatorio en lugar de voluntario. Hacerlo así es la única forma en la que los países podrán reducir la ingesta media de sal en la población para el 2025, en un contexto en el que las ventas de los productos procesados y ultraprocesados con contenido excesivo de sodio sigue creciendo”, sostuvo Fabio Da Silva Gomes, asesor regional en Nutrición y Actividad Física de la OPS.

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