Orgánicos y Exóticos

Quieren reactivar cultivo de cacao mexicano

En México existen 60 mil hectáreas de cacao, pero su potencial es extenso, por lo que empresarios impulsan su cultivo, asociado a la producción de pimienta, flores y plantas medicinales, además de la obtención de bonos de carbono.

Esta integración se impulsa dado que una plantación tarda cinco años en entrar en producción y hoy 80 por ciento de la superficie cacaotera de Tabasco –el resto lo absorbe Chiapas–, es muy vieja y poco productiva, por lo que requieren su renovación.

La productividad del cacao tabasqueño es de apenas 10 por ciento de su capacidad, lo cual impacta de manera directa la rentabilidad y el ingreso del productor, afirma en entrevista con Imagen Agropecuaria, Carlos Sandoval Miranda, director general del Centro de Estudios, Investigación e Innovación Tecnológica de la Valuación para América Latina (CEIITVAL).

En Tabasco, 98 por ciento de la producción cacaotera no es rentable y la actividad prácticamente es de recolección, no hay una actividad económica que implique mantenimiento de plantaciones; proyectos de valor agregado; la producción va en picada y con rendimientos tan bajos, no es costeable hacer inversiones.

La inversión en la actividad tienen que ser total, deben renovarse las plantaciones, tienen que buscarse esquemas novedosos de producción para cambiar el rumbo de las familias que se dedican a esto, señala.

Hace diez años, en Chiapas el problema era similar, pero hubo inversión de la iniciativa privada y de los productores. Ahora, ya vemos integrados a grupos y comunidades enteras de 700 hectáreas y más de 350 productores, quienes buscan mercados diferenciados en Europa, donde han sido reconocidos por la calidad de su cacao.

En Tabasco, autoridades, empresarios y productores promueven la denominación de origen para el cacao, lo cual sería de gran ayuda y beneficio para los productores y toda la región cacaotera.

Tabasco y Chiapas pueden ir de la mano en un proyecto de obtención de dicha certificación, que se traduciría en una distinción para la calidad del cacao mexicano y permitiría incrementar su valor hasta el doble y venderlo en un mercado elite, que representa apenas 5 por ciento de la producción mundial de cacao, destaca Sandoval Miranda.

En territorio nacional podríamos tener hasta 600 mil hectáreas disponibles para producir cacao con denominación de origen, calcula, tras acentuar que México es cuna del cultivo desde la cultura maya; sus características organolépticas, únicas de Mesoamérica, le dan la pauta para poder estar en los primeros lugares de calidad. Hoy, el cacao auténtico criollo o blanco fino aromático es reconocido en el mercado gourmet.

En volúmenes de producción, nuestro país no puede competir, puesto que Ecuador, cuarto mayor productor mundial, tiene 450 mil hectáreas; y Brasil, Ghana o Costa de Marfil son grandes productores, aunque manejan cacaos de menor calidad. La apuesta mexicana debe ser por la calidad.

Agricultura por capas

En el proyecto dentro de lo que llamamos agricultura por capas o por estratos, incluimos pimienta gorda. Así tenemos cacao a cuatro metros de altura y la producción de pimienta a 8 o 10 metros de altura, y asociada la obtención de bonos de carbono. Con todo esto le damos valor agregado a la actividad, explica Carlos Sandoval.

México es el segundo productor de pimienta en el mundo y sólo somos recolectores, no productores, estamos peor de desintegrados que en el cacao, lamenta.

Una hectárea soporta mil árboles de cacao y 120 de pimienta. Un árbol de cacao producen 1.8 toneladas de cacao seco y uno de pimienta alrededor de 2 toneladas de pimienta. Bajo este esquema, no tienes que tener mil hectáreas para ser un agricultor eficiente, recalca.

Integrar las cadenas

México tiene una gran capacidad productiva en estados como Puebla, Veracruz y la Península de Yucatán, que suman más de siete millones de hectáreas susceptibles para esta actividad, asegura el director general CEIITVAL.

Lo que falta son recursos, lamenta el experto, quien considera que debemos pensar en la integración del valor de la cadena productiva, para no aportador sólo materia prima, ya que la transformación es lo que le da el valor agregado.

La producción primaria representa entre 5 y el 15 por ciento del valor final del producto, el resto está entre la transformación y el servicio. Con servicios, tecnologías y esquemas novedosos de comercialización, lograríamos incrementar en ocho veces el valor de una producción primaria y ahí se encuentra una derrama económica importante para nuestro país, añade.

México es el productor de cacao número 12 del orbe, pero no aporta ni 1.2 por ciento de la producción mundial. A nivel interno tenemos que crecer tres veces para poder cubrir el consumo interno. Importamos cacao de Brasil, de África, de Ecuador, materia prima que suma unas 44 mil toneladas.

Además, la transformación no se hace en aquí, se importa pasta de cacao. El valor de la agroindustria se queda en Europa y Estados Unidos y el país pierde, por no darle valor agregado al cacao, entre 85 y 92 por ciento del valor final de la producción.

Subir eslabones de transformación

La producción y la generación de pasta de cacao, que sería el primer eslabón de la transformación, ya que se está perdiendo 35 por ciento del valor de la transformación. El otro 65 por ciento se lo queda la empresa que comercializa producto final, resalta Carlos Sandoval.

CEIITVAL trabaja en un proyecto para transformar 9 mil toneladas de cacao –cuyo costo es de alrededor de 110 millones de pesos–, que no podemos instaurar porque no hay cacao; sólo tenemos 22 mil toneladas de producción nacional. La podemos instalar en el mediano plazo, ya que hayamos sembrado las plantaciones nuevas.

Este proyecto generaría una derrama económica a un municipio de 500 millones de pesos, es decir, en un año le das la vuelta a la inversión, y generarías cerca de mil 500 empleos directos.

-¿Es posible que a través de la innovación, pequeños productores puedan mejorar sus ingresos y abatir la pobreza?

–Sí. Con el proyecto generaríamos cerca de 8 salarios mínimos por productor. Hay otros factores que son muy complicados, como el tema social, porque desafortunadamente la forma en la que nos miran a los mexicanos es como al cangrejo, cuando alguien quiere salir adelante todos los demás lo jalan hacia atrás. Ese tema es el que hemos venido trabajando con las comunidades. Hoy tenemos integradas ya cerca de 400 familias de productores y 700 hectáreas al proyecto, pero ha sido una labor de ir comunidad por comunidad, y si quieren y le entran va a ser en un esquema de ganar ganar.

Les decimos –agrega– que no somos partidos políticos, que no venimos a regalar nada, sino a hacer negocios para procurar que las cosas cambien. La realidad es que ni 5 por ciento de los productores le entran. Prefieren que les sigan regalando las cosas, porque a pesar de que ganan un salario mínimo, tienen una serie de beneficios sociales, como los programas de adultos mayores, de madres solteras, de piso de cemento y pueden tener ingresos de entre 5 y 6 salarios mínimos, sin mover un dedo. “Están bien en la cultura de estar jodido”.

El sector cacaotero está limitado por una atomización de la superficie cultivada, en Tabasco la superficie promedio del productor es de 1.1 hectáreas, con una producción promedio de 300 kilos por hectárea al año, que es un ingreso muy bajo; a esto se suma el envejecimiento de los productores, que hoy tienen en promedio 65 años. Mediante todos los subsidios que año con año recibe un productor del gobierno federal y local, le ingresan entre 18 y 20 mil pesos anuales.

No obstante, este proyecto genera oportunidades distintas para los jóvenes que van a representar el relevo generacional y que sí piensan y creen en las inversiones a largo plazo. El proceso de maduración tardará entre 6 y 8 años, más el desarrollo y maduración de las plantas, en total hablamos de entre 10 y 11 años, expone Carlos Sandoval.

Hoy con la tecnología, existe un método para acortar tiempos en la producción de cacao, que es la planta clonada, que permite en un año y medio tener una planta productiva, cuando tradicionalmente debería tardar entre cuatro y cinco años. No obstante, hay que esperar dos años para que sea de porte mediano y tenga buena producción. En tres años puedes lograr producciones por encima de lo que generan las plantaciones viejas.

Mostrar más

ERNESTO PEREA

Periodista especializado en temas agropecuarios y agroalimentarios. Premio Nacional de Periodismo y Divulgación Científica, otorgado por el CONACYT. En la actualidad director del portal web www.imagenagropecuaria.com Autor del libro Voces y vivencias del movimiento orgánico Ha colaborado con las revistas editadas por el Grupo Expansión. Ha sido consultor de la FAO. Brinda servicios de comunicación, información, análisis y consultoría para diversas empresas e instituciones. Correo electrónico: editor@imagenagropecuaria.com

Articulos Recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button