Frutas y Hortalizas

Una piña sin fronteras

El estado de Veracruz cuenta con un clima húmedo tropical favorable para la producción de piña, los largos periodos de sol y la disponibilidad de agua son factores esenciales para que los cultivos rindan más.

La organización de productores de piña, Frontera Sur, centra sus esfuerzos en el cultivo y comercialización de piña de tipo MD2, o también conocida en el mercado como piña miel, que por su dulzura y sabor es preferida por el consumidor respecto a otras variedades. Este es un producto de calidad de exportación, que se envía principalmente a los mercados de Estados Unidos y Canadá.

Antonio Aguirre, encargado de difusión y mantenimiento de la organización de la empresa, explica que gracias a las condiciones climatológicas que imperan en el municipio de Isla, que se sitúa en las inmediaciones de la cuenca baja del Río Papaloapan, al sureste del estado de Veracruz, obtienen un rendimiento de alrededor de 70 toneladas por hectárea.

La firma destina casi el cien por ciento de su producción al mercado externo, por lo cual tiene que cumplir con varios estándares de calidad y sanidad. El tamaño es muy importante para la comercialización en el mercado estadounidense, ya que si los consumidores ven una piña pequeña, redondita y de buen color la compran. En cambio, si el producto excede 1.2 kilos le ponen peros y ya no las quieren. Por esta razón es importante el monitoreo constante de los campos de cultivo.

La variedad de piña MD2 es originaria de Hawái y tiene cerca de 12 años cosechándose en suelo mexicano. Anteriormente se producía otra variedad de piña llamada cayena, pero por sus características de tamaño, acidez, sabor y calidad de jugo y falta de mercado, su cultivo se ha reducido.

Otra diferencia que existe entre estas dos variedades de la fruta es que la MD2 se vende por pieza y su precio oscila entre 18 y 20 pesos. Mientras que la cayena se comercializa por kilo a menor precio.

La piña miel es dulce y no causa irritación en lengua o estómago, por estas razones muchos consumidores la prefieren y al mismo tiempo los productores deciden cambiar su cultivo de cayena por MD2.

Piña bien cuidada

Dentro de la organización colaboran 150 personas que se dedican a atender y supervisar los procesos de producción. En el periodo de noviembre a julio producen hasta 100 hectáreas de cultivo de piña.

El periodo de producción de la piña es de entre 13 y 14 meses. Comienza con la siembra de una pequeña planta o “hijito,” en un surco de tierra. Después de dos meses de crecimiento se obtiene un brote al que le llaman bellota, un fruto muy pequeño con color rosado, casi purpura.

Cuando alcanza los tres meses de crecimiento, se le considera una planta en etapa intermedia. Para este periodo, las plantas ya fueron adicionadas con diversos productos que les brindan mayor protección, como foliares y fertilizantes.

Es importante que reciban estos cuidados, puesto que una de las amenazas más latentes para la piña es la cantidad de agua. Si hay un exceso de humedad pueden enfermarse los ejemplares y perder las espigas u hojas, es decir, las plantas pierden fuerza y esto disminuye su productividad al grado de podrirse.

En la organización, que cuenta con alianzas estratégicas con más de 50 productores de la región, hay técnicos especializados encargados de vigilar el crecimiento adecuado de la piña y garantizar el abasto requerido.

Se realizan monitoreos constantes, sobretodo de grados Brix, que permiten determinar cuál es la concentración de azúcar o sacarosa de las piñas. Tener este parámetro es importante, ya que por fuera las piñas pueden aparentar falta de madurez, sin embargo, al interior ya están casi listas para la cosecha.

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